Boletín
Parroquial Nº 31
Agosto de
2014
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Queridas
familias y hermanos de nuestra comunidad parroquial:
Estamos transcurriendo en agosto el Mes de la solidaridad. Tomando como
ejemplo y motivación la vida de la Madre Teresa de Calcuta, nacida el 26 de
agosto de 1910 en Macedonia, cuya vida se brindó sin reservas a los más pobres
entre los pobres por amor a Jesús, queremos como Iglesia y como sociedad mirar
más allá de nuestras necesidades y conveniencias particulares, y descubrir y
acompañar a quienes nos necesitan. Y hacer llegar así nuestro amor y servicio
comprometido hacia los hermanos que viven situaciones de carestía.
Lamentablemente, y a pesar de los esfuerzos hechos porque no sea así tanto por
los gobiernos como por las instituciones intermedias, incluida la Iglesia, las
estadísticas son abrumadoras acerca de la
pobreza en nuestro mundo, patria y ciudad. Algunos hablan de un tercio,
otros de un cuarto de la humanidad bajo la línea de la pobreza, muchos de ellos
en la indigencia. Como sea, se cuentan por miles de millones en el mundo, por millones
en nuestro país, por cientos de miles en nuestra provincia y ciudad. La pobreza
está presente en todos los continentes, en todos los países, aún en los más
ricos y desarrollados, aunque en distintas proporciones que en los que están en
vías de desarrollo. Entre otros factores, es sin dudas el resultado de una
economía global de la exclusión, que idolatra al dinero, el cual gobierna en
lugar de servir a la persona humana, dando como resultado una inequidad que
genera violencia, como denuncia el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica
Evangelii Gaudium.
Cada uno puede preguntarse qué está en
sus manos hacer para responder a esta desafiante realidad. Como Iglesia, la
ayuda que brindamos a través de Cáritas,
en sus instancias nacional, diocesana y parroquial, aunque insuficiente es
siempre importante. El Señor nos rescate de la indiferencia y el descompromiso ante
su necesidad en los más pobres, que también puede ser una forma de cómoda
complicidad.
P. Walter y Comunidad de Nazaret
No a una economía de la exclusión
53. Así como el mandamiento de «no matar» pone
un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir
«no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata. No puede
ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que
sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar
más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy
todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte,
donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación,
grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin
horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de
consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del
«descarte» que, además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de
la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda
afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues
ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está
fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes».
54. En este contexto, algunos todavía defienden
las teorías del «derrame», que suponen que todo crecimiento económico,
favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor
equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido
confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad
de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del
sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando.
Para poder sostener un estilo de vida que excluye a otros, o para poder
entusiasmarse con ese ideal egoísta, se ha desarrollado una globalización de la
indiferencia. Casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante
los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos
interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos
incumbe. La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el
mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas
truncadas por falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que de
ninguna manera nos altera.
Papa Francisco, Exhortación
Apostólica Evangelii Gaudium
Mensaje del Santo Padre Francisco por la Colecta Anual
Más por Menos 2014
“S.E.R.
Mons. Adolfo Armando Uriona, f.d.p.
Obispo de Añatuya
Presidente de la Comisión Episcopal de Ayuda a las Regiones Más
Necesitadas
Su santidad el Papa Francisco saluda con afecto a los
organizadores y participantes de la Colecta “Más por Menos”, que cada año
convoca a los católicos argentinos y que esta vez, en su 45 Edición, tiene como
lema “Gracias por su ayuda”.
En esta ocasión, les anima a vivir con gestos sencillos y concretos,
de desprendimiento y generosidad, la invitación de Jesús a ser sal de la tierra
y luz del mundo mediante el testimonio de la fe, del amor fraterno, de la
solidaridad y del compartir con los más desfavorecidos, viendo en ellos el
rostro de cristo.
El Santo Padre les pide que no dejen de rezar por él y su servicio
a la iglesia, a la vez que, encomendando a la maternal intercesión de nuestra
Señora de Luján los frutos de esta benemérita iniciativa, así como a todos los
que se suman a ella, les imparte una especial bendición apostólica.
Cardenal Pietro Parolin
Secretario de Estado de su
Santidad”
Cáritas Parroquial – Gesto Solidario
Como una forma de
expresar nuestro compromiso con los hermanos más pobres, los invitamos a hacer
llegar a Cáritas Parroquial una ofrenda de un kilo de azúcar, o un
paquete de yerba, o una botella de aceite. Les pedimos que los
traigan a la Secretaría Parroquial, de lunes a viernes de 16 a 20, durante la
última semana de agosto.
Colecta Nacional Más por
Menos – “Gracias por su ayuda”
El Domingo 14 de
Septiembre se hará este año en su 45 edición, organizada por los Obispos
argentinos como una forma de compartir los bienes con los hermanos que pasan
mayor necesidad en nuestro país.
Encontramos en estas
páginas el mensaje del Papa Francisco con ocasión de esta iniciativa de
compartir evangélico.